El municipio de Aranjuez es el punto más al sur de la Comunidad de Madrid. Le atraviesan los ríos Tajo y Jarama, desembocando éste en el primero a poca distancia de Aranjuez. La ciudad está en el valle que forma el Tajo, en la ribera izquierda, y en su proximidad encontramos “gangos”, nombre que se da a los merenderos. El título de Real Sitio se lo concede Felipe II en 1560 y al final del XIX recibe el de Villa. Al entrar este siglo, la Unesco le declaró Patrimonio de la Humanidad y la Comunidad de Madrid Zona de Interés Turístico en 2009.
Como a nivel oficial existía la prohibición de residir en Aranjuez (lugar destinado a la Corona y la Corte hasta mediados del siglo XVIII) y al estar entre ríos, a sus habitantes se les conoce como ribereños, aunque a finales del siglo pasado se acuñó el gentilicio “arancetano” al figurar Aranjuez en los textos del siglo XII como Aranz.
La historia y el patrimonio artístico-cultural de Aranjuez son enormes. Ya tenemos constancia 200 años a.C. cuando Anibal Barca libró en la zona la batalla del Tajo con la victoria cartaginesa. Después de presencia romana, fueron los musulmanes los que ocuparon el territorio. De forma intermitente, se recuperó para Castilla, primero con Alfonso VI (s.XI) , luego con Alfonso VII (S. XII) y de forma definitiva con Alfonso VIII en 1178, cuando se incorpora a la Orden de Santiago. Fue precisamente el maestre de dicha orden, Suárez de Figueroa el que manda construir una casona que, un siglo después (1489), los Reyes Católicos convierten en palacio. Desde entonces y hasta el s. XIX ha sido residencia de recreo de los Reyes de España.
Carlos I manda construir los Jardines al igual que el Embalse del Embocador y el puente sobre el Tajo. Pero fue Felipe II el que encarga el Palacio Real a Juan Bautista de Toledo y Juan Herrera construido donde estaba la casona primitiva destruida en incendios varias veces. Tampoco el Palacio se libra del fuego ya que sufrió dos incendios (en 1660 y 65)
Con Fernando VI nace en realidad Aranjuez como municipio, al revocar la prohibición de residir libremente. De esa época es también la cascada del Tajo junto al Palacio.
Durante el reinado de Carlos III se acometen distintas obras: el Puente Largo sobre el Jarama, el Real Cortijo de San Isidro y el Teatro Coliseo de Carlos III, posteriormente llamado el Gran Teatro. Ya durante su reinado se produce un acercamiento a Francia al firmarse el Tratado de Aranjuez para intervenir junto a Francia en la Guerra de Independencia de Estados Unidos y más adelante, con Carlos IV, el Convenio de Aranjuez que dio lugar 7 años después, en 1808, al Motín de Aranjuez que supuso su abdicación en favor de su hijo Fernando VII. Meses después se iniciaría la Guerra de la Independencia contra la invasión francesa. Este hecho se conmemora la primera semana de septiembre en las fiestas que llevan su nombre y declaradas de interés turístico.
La inauguración del llamado Tren de la Fresa (Madrid – Aranjuez), así llamado por ser famosas sus fresas y fresones, al igual que los espárragos, supuso un revulsivo, no solo para Aranjuez, sino para muchos otros pueblos en su recorrido.
Además de su extenso patrimonio artístico, Aranjuez es conocida a nivel mundial por el Concierto de Aranjuez, compuesto en París por Joaquín Rodrigo en 1939. También el que Santiago Rusiñol muriera mientras pintaba sus jardines (1931) ha contribuido a dar a conocer este Real Sitio y Villa que encierra tanta historia.