Galapagar es un municipio de la Comunidad de Madrid, situado al noroeste de la ciudad de Madrid, a treinta y seis kilómetros de distancia; su nombre se debe a la presencia en la zona de una pequeña laguna en la que habitaba una colonia de galápagos. Ocupa una superficie total de sesenta y cinco kilómetros cuadrados y se desarrolla, fundamentalmente, en el margen oeste de la autovía de La Coruña (A-6).
Pertenece a la Sierra del Guadarrama y en su término municipal encontramos parte del Parque Regional del curso medio del río Guadarrama. Sus especies arbóreas principales son los enebros, encinas, jaras, fresnos, pinos y quejigos.
La historia de Galapagar comienza en la época del Imperio Romano, de la que aún se conservan calzadas y un miliario. Durante su reinado, Alfonso X El Sabio mandó repoblar la zona con pastores segovianos, pasando entonces Galapagar a ser administrado por el concejo de Segovia. No sería hasta el reinado de Alfonso XI, cuando se inscribiera la dehesa de Galapagar como anejo a la Villa de Manzanares, para finalmente, en el siglo XVI, constituirse como villa independiente.
Su actividad económica ha estado centrada fundamentalmente en el sector ganadero, aunque fruto del aumento de población acontecido a partir de los años setenta, se produjo un incremento de la actividad dentro del sector servicios y también del sector de la construcción.
Su población sufrió un aumento significativo a partir de los años 70, multiplicándose por ocho durante los cuarenta años siguientes, fruto del interés como primera residencia por parte de la población que huye de la densificación existente en la capital de España.
En la semana del catorce de septiembre se celebran sus fiestas patronales, en honor al Santísimo Cristo de las Mercedes, durante las cuales se celebran, entre otras actividades, campeonatos deportivos y conciertos.